EL ANTIGUO TESTAMENTO NO ESTA EN VIGENCIA
La
Biblia está compuesta de dos partes principales: el Antiguo Testamento (39
libros) y el Nuevo Testamento (27 libros).
Al decir Antiguo Testamento hablamos de la ley de Moisés, la ley
que gobernaba al pueblo de Israel hasta la cruz de Cristo (Colosenses
2:14; Hebreos 9:16-17). Sin embargo, la revelación de esta ley no comienza
en (Génesis 1) sino hasta (Éxodo 20) y abarca el resto del
Antiguo Testamento.
Ahora bien, la historia
de la raza humana en términos espirituales puede dividirse en tres épocas,
es decir:
1. La "Época
de los patriarcas", siendo algunos de ellos: Adán, Noé y Abraham;
2. La "Época
mosaica", siendo algunos de los personajes destacados de ella: Moisés,
David y Daniel.
3. La "Época
cristiana".
Es importante resaltar
que Cristo mismo guardó la ley de Moisés durante su vida. La guardó y
enseñó a sus discípulos que ellos deberían guardarla (Mateo 5:19). El Antiguo
Testamento cubre las primeras dos épocas. Mateo, Marcos,
Lucas y Juan nos relatan los sucesos importantes de los últimos
tiempos de la Era Mosaica. También contienen la porción de la Nueva Ley que
Cristo mismo proclamó (Mateo 5:44-48). El resto del Nuevo
Testamento pertenece a la Era Cristiana.
Es decir, el pacto que
Dios hizo con la nación de Israel (“la ley”) fue cumplido por Jesucristo. El
cumplimiento de la ley fue uno de los propósitos de su venida (Mateo 5:17).
Al morir en la cruz Cristo confirmó el Nuevo Testamento. Recordemos, la
ley de Moisés fue confirmada por la sangre de animales (Hebreos 9:19,
20), pero el Nuevo Testamento, la ley de Cristo, fue confirmado por su
sangre derramada en la cruz (Hebreos 9:16, 17).
(Jeremías 31:31, 32) Jeremías,
profeta que vivió setecientos años antes de Cristo, anunció que Dios daría un
Pacto Nuevo Profetizándolo por inspiración, claramente dio a entender que el
Antiguo desaparecería. Dice: 31 He aquí que vienen días, dice Jehová, en
los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá.
32 No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para
sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque
fui yo un marido para ellos, dice Jehová”. (Hebreos 8:8-13) cita
esta profecía como cumplido por Cristo y concluye diciendo, “Al decir:
Nuevo Pacto, ha dado por viejo al primero…”
(Lucas 24:44-47),
nos ayuda a comprender que la ley de Moisés ya fue cumplida, dice: Y les dijo:
Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era
necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés,
en los profetas y en los salmos. 45 entonces les
abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras; 46 y
les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y
resucitase de los muertos al tercer día; 47 y que
se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas
las naciones, comenzando desde Jerusalén. Por este motivo, “el fin de la ley es
Cristo para justicia a todo aquel que cree” (Romanos 10:4).
EL
ANTIGUO PACTO ANULADO
1.
Hebreos 1:1-2. "Dios, habiendo
hablado (tiempo
pasado) muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo (en
otro tiempo, durante la Era Patriarcal o la Mosaica, y no en el tiempo
nuestro) a los padres (a ellos, y no a nosotros) por los
profetas, en estos postreros días (Nótese cómo se hace
destacar el contraste: en estos últimos días, ahora, en el presente, en esta
Era Cristiana) nos ha hablado por el Hijo" (por
Cristo y no por los profetas antiguos ni por Moisés).
2.
Gálatas
3:21 y 25. "De manera que la ley (sinónimo del Antiguo Testamento) ha
sido nuestro ayo (vocablo que significa guía), para llevarnos
a Cristo (Lo hace por medio de las profecías sobre Cristo), a fin de que
fuésemos justificados por la fe (Resaltemos: no por la antigua
ley sino por la fe, por el evangelio). Pero venida la fe (el
evangelio, el Nuevo Testamento), ya no estamos bajo ayo" (Es
decir, ya no estamos bajo la antigua ley de Moisés).
3.
Colosenses
2:14 "Anulando ¿Qué fue anulado? En seguida, viene la respuesta. El acta
de los decretos (la antigua ley de Moisés) que había contra nosotros, que nos
era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz.” Anular, quitar
y clavar en la cruz: tres verbos que declaran lo que Cristo hizo con el Antiguo
Testamento: ¡Lo abolió en la cruz!
4.
Efesios
2:14 y 15. "Porque él (Cristo) es nuestra paz, que de
ambos pueblos (de los judíos y de los gentiles) hizo uno (el
pueblo cristiano), derribando la pared intermedia de
separación (el Antiguo Pacto que separaba a los judíos de los gentiles), aboliendo en
su carne (en su cuerpo inmolado en la cruz) las enemistades, la
ley de los mandamientos expresados en ordenanzas (el Antiguo
Pacto), para crear en sí mismo de los dos (judíos y gentiles) un
solo y nuevo hombre" (O sea, la iglesia, presentada aquí retóricamente
como un “nuevo hombre”).
5.
2
Corintios 3:6, 7 se refiere a la ley de Moisés como el “ministerio de
muerte grabado con letras en piedras” (obviamente hablando de los Diez
Mandamientos) y concluye describiendo el viejo pacto (la ley de Moisés) como
“lo que perece” (v. 11) y dice que “había de ser abolido” (v. 13). Esa ley
era divina y era gloriosa, pero era “ministerio de muerte” (es decir,
condenaba el pecado), pero no podía vivificar (dar vida) porque la sangre
de animales no puede quitar pecado (Hebreos 10:4). Solamente eran
tipos o figuras que apuntaban hacia la cruz de Cristo.
6.
Gálatas
4:22-31. Abraham tuvo dos hijos, Ismael nacido de la esclava Agar e Isaac
nacido de la mujer libre Sara. Ismael y Agar (representan el pacto hecho
en el Monte Sinaí cuyo culto tuvo su centro en Jerusalén) “el cual da
hijos para esclavitud”. Isaac y Sara representan (el Nuevo Pacto y “la
Jerusalén de arriba”). Los cristianos verdaderos no somos hijos de la
esclava sino hijos de promesa. No podemos ser hijos de esclavitud y al
mismo tiempo ser hijos de promesa; es decir, no podemos vivir bajo
dos pactos. Dios mismo dice “echa fuera a la esclava”, dando a
entender que los cristianos (hijos de Sara, hijos de promesa) no están
bajo la ley de Moisés.
No estamos bajo el Antiguo Testamento. La ley Mosaica fue dada
solamente al pueblo de Israel (Deuteronomio 5:3) y los que impongan
ciertas prácticas de la ley de Moisés (como el sábado, el diezmo,
instrumentos de música, sacerdocio especial, etc.) usan mal las Escrituras
(2 Timoteo 2:15; 3 Pedro 3:16). Es
muy lamentablemente, que muchos “maestros” de la Biblia no han aprendido
aún la verdad sobre la abolición del Antiguo Testamento y la institución del
Nuevo. Argumentan que Cristo guardó el sábado y
mandó a diezmar, y que, si él lo hizo, ¡también nosotros deberíamos seguir su
ejemplo! De hecho, lo hizo. Pero, lo que olvidan es que Cristo mismo nació (Gálatas
4:4) y vivió bajo el Antiguo Testamento.
Podrían decir: Dios
no cambia, es el mismo ayer, hoy y para siempre. Respuesta: Si. Pero dio instrucciones y
mandamientos para cada dispensación.
Ahora, al decir que el
Antiguo Testamento está anulado, no quiero enseñar que no se debe estudiar, al
contrario, el estudiante diligente entiende que debe leer, estudiar y meditar
sobre los libros del Antiguo Testamento. (Romanos 15:4), “Las cosas
que se escribieron antes para nuestra enseñanza se escribieron”. Sería
imposible entender gran parte de los libros del Nuevo Testamento sin el
conocimiento de lo que Dios habló “muchas veces en otro tiempo a los
padres por los profetas” (Hebreos 1:1).
PRESENTADO
POR JOSE FERNANDO PAVA ROMERO
MIEMBRO
DE LA IGLESIA DE CRISTO EN BARRANCABERMEJA
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